Obra representativa, junto a El castillo y La metamorfosis, de lo que conocemos como «lo kafkiano», El proceso se cuenta entre las pocas obras de la literatura que han alcanzado el extraño destino de desbordar extensamente los meros límites de su naturaleza como relato.
La novela empieza con el arresto, una mañana en su casa, de Josef K., supuestamente acusado de un delito que jamás llegará a conocer, y quien desde ese momento se ve envuelto en una angustiona pesadilla y una confusión que lo atrapa en un laberinto burocrático y judicial desmoralizante, cuyas razones y finalidades resultan inescrutables. Franz Kafka forjó una vigorosa metáfora de la condición humana ante la enigmática y absurda operatividad de la justicia y el estado.