A pesar de que Los viajes de Gulliver alude a eventos que sucedieron en la época del autor, la historia suena cierta a la luz de los problemas y patrones sociales de hoy en día. A lo largo de la lectura de esta novela encontramos a un Swift que hurga, parodia y satiriza con misantropía diversos aspectos de la sociedad.
Una sátira salvaje en que la humanidad parece vivir en una sala distorsionada de espejos como una especie mermada, magnificada y de animales salvajes, un reflejo intransigente de nosotros mismos. Naufragado y a la deriva, Lemuel Gulliver se despierta para encontrarse en Lilliput, una isla habitada por personas pequeñas, cuya altura hace que sus disputas por la moda y la fama parezcan ridículas. Sus encuentros posteriores, con los crudos gigantes de Brobdingnag, le dan a Gulliver nuevas y amargas ideas sobre el comportamiento humano.