La señora Dalloway es la obra con la que para muchos críticos Virginia Woolf encontró su voz, que refinó aún más en sus siguientes publicaciones. Sin una trama esencial, se basa principalmente en los pensamientos de sus personajes, a través de múltiples historias entrelazadas.
La narración comienza y termina con Clarissa, una ama de casa de clase alta que organiza una fiesta en su mansión. Sus pensamientos la hacen una mujer aparentemente desilusionada cuyo humor fluctúa entre la alegría y la depresión. Según la propia Woolf, «esbozo un estudio sobre la demencia y el suicidio; el mundo visto desde lo sano y la locura a la vez».