Gargantúa y Pantagruel
La obra satiriza muchos aspectos de la vida renacentista, focalizando la crítica en la realeza y las clases altas. Sus protagonistas son dos gigantes, Gargantúa y su hijo, Pantagruel. Gargantúa es descrito como un glotón que consume cantidades infinitas de alimentos y gasta fortunas incalculables en ropa, vivienda y otros artículos. Es retratado como un ser ignorante, desagradable y grosero que debe esforzarse por obtener buenos modales, disciplina y educación. Pantagruel, por su parte, se cría con mejores modales, pero el autor lo utiliza para mostrar un ejemplo de cómo los miembros de las clases altas a menudo se asocian con los referentes más inapropiados.
Si bien han pasado 500 años desde la publicación de las historias de Rabelais, el humor sigue siendo relevante, a pesar de que sea discreto.